SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO


¡Ponte en camino!

Al que prepara el camino al Mesías, Juan el Bautista, le toca barrer los caminos, quitar obstáculos, limpiar, arreglar la senda para que se pueda transitar sin dificultad.




Copiémonos de Juan.

Vayamos detrás de él con nuestra vela, intentemos prender luz de la llama de su profunda fe. ¡Pongámonos en camino, con ánimo, incansablemente! Merece la pena el esfuerzo. No podemos quedarnos parados. La esperanza del Adviento nos impulsa, es dinámica, no se puede quedar quieta. ¡Adelante!

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